lunes, 30 de julio de 2007

Estreno de LAS MIL Y UNA NOCHE

Teatro de calle en el encierro

Igual se pudo presentar en la calle o igual no. Igual se pudieron omitir las mesas con adornos de fiesta de quince años o ¿por qué no? las bailarinas, que no proyectaban más que una técnica mal empleada. Debo explicar que parto desde mi muy particular punto de vista y que desafortunadamente varios coinciden en el. Primero ¿Cómo puede ser estreno de una obra que pretende ser teatro de calle, adentro del patio central del museo de arte abstracto Manuel Felguérez? Segundo. La acústica resulto impertinente, y el trabajo desarrollado por parte de la compañía de teatro Fantástica de Zacatecas no cumplió con varias expectativas. Un trabajo que desafortunadamente antes del intermedio (que resulto ser un intermedio ante sala del final) aparece el demonio del aburrimiento y lo que al principio era una ilustración de “Las mil y una noches” (Compilación de relatos de origen árabe, persa, hindú y egipcio) termina por ser un ejercicio de oralidad en tonos declamatorios qué más haya de crear imágenes en el espectador, crea fugas de interés que permiten la divagación del que observa. Imágenes y acciones que en determinado momento resultan escandalosas y evidentes de la ausencia de un diseño de vestuario. Mascaras que en ocasiones pareciera estorbar al actor en lugar de apoyarlo. Un discurso no muy claro dentro de una dramaturgia complaciente y falta de pasión. Misael Torres (Director) se permite descuidar su espectáculo, llenándolo de imágenes recurrentes que no trascienden en el colectivo imaginario y que por el contrario, abusa de la sexualidad de los personajes de una manera satírica causando el chiste. Debo destacar los trabajos del maestro Misael Torres, trabajos memorables e inolvidables dentro de la oralidad y el Teatro de Calle. Trabajos como “Desplazados” donde es evidente su honestidad por crear este espectáculo partiendo de la novela “Cien años de soledad” del maestro García Márquez. Donde es evidente su necesidad por llevarla a escena. Debo destacarlo puesto que en esta ocasión la obra carece de esto y más pareciera un “trabajito” que un proyecto que le interesara crear. Fueron dos meses de arduo trabajo, de entrega por parte de los actores, una hermandad y una necesidad creativa. No todos son profesionales. No todos viven del y para el teatro. Sin embargo dentro de su proceso fue evidente la necesidad por estar ahí. Entregándose en el proceso. En el montaje. Es una lastima que en está ocasión el director no se permitiera utilizar los suficientes recursos imaginativos y exigirse mostrar una obra trascendente, inolvidable. Pues bien, lo trascendente fue que se presento en un lugar cerrado, lejos de la calle, las mesas que estorbaban al público de pie, que poco a poco y mediante transcurría el trabajo fueron saliendo. Lo trascendente fue que no se mantuvo el ritmo de un trabajo que quizá se logrará quitando elementos o personajes no necesarios.


Iván Guardado

Actor y Dramaturgo

No hay comentarios: